jueves, 27 de noviembre de 2008

POR EL LAGO TITICACA

El viernes 21 de noviembre después de despedirnos de nuestro amigo Wildman, llegamos a una estación de autobuses de Cuzco abarrotada…Gente del lugar, mochileros, todos como sardinas en lata buscando un pasaje o esperando en las diferentes dependencias de tantas agencias que allí había. Nosotros ya teníamos los pasajes que nos había conseguido Wildman. Cual es nuestra sorpresa cuando vamos hacia el bus y no nos dejan pasar ya que todavía tenemos que pagar la “tasa de embarque de la terminal”…Toma ya!!! Y eso que es?? Pues tienes que hacer cola un ratito en una ventanilla para que te pongan un sellito para poder cruzar la puerta por donde se va hacia los buses…Igual que para ir al baño, pues tienes que pasar por delante de una somnolienta señora a dejar una monedita para poder hacer tus cositas...Aquí no te da tiempo a acumular las monedas en la cartera.

Después de poco mas de cinco horas de bus, con gente que viajaba sentada en el suelo, llegamos a Puno. Sin haber conciliado el sueño apenas 1 hora, nos bajamos atontados y con hambre cruzando la estación con mucha gente que se dirigía a nosotros ofreciéndonos tour por las islas del Titicaca o un taxi, o yo que se…Nos estrenamos con la moto taxi (que son la caña) para llegar al centro para ir a un cajero y tomar un café bien caliente. El cajero tardó 5 minutitos en aparecer; el café una eterna hora y media en la que buscamos bajo la lluvia y con el frío calándonos los huesos el primer bareto que habriese en Puno.

Una vez en el puerto empezamos a investigar cual sería la forma más económica de poder ir a las islas. Un amable señor nos llevaría por 25 soles por persona a visitar una isla de Los Uros, la isla de Amantaní (haciendo noche) y luego al día siguiente la isla de Taquile. Luego también nos dijo que nos arreglaría un alojamiento económico para pasar la noche en la isla de Amantaní.




En el barco-lancha viajamos con unas veinte personas más: un joven francés que viajaba solo, una pareja de americanos, unas chica irlandesa con rasgos muy nórdicos que acabó por convertirse en perrito caliente de carne muy roja, unos niños de un colegio de Cuzco que viajaban con el profesor Jaime…




Con este último estuvimos largo rato conversando de todo un poco. Nos preguntaba un montón de cosas, hasta los métodos anticonceptivos que usábamos los españoles…: “y ustedes, discúlpenme el atrevimiento…como planifican??’”…No tenía ni idea de muchas cuestiones de las que le hablábamos…Yo pensé que si un profesor no sabía de ciertas cosas, una persona del campo sin demasiados o ningunos estudios, sabría todavía menos y bueno, aquí la mayoría de la juventud pertenece a este último grupo. Por eso tanta niña con su manta anudada a la espalda portando así a su bebé.



Primera parada: una isla flotante de los Uros. Las señoras vestidas con trajes típicos nos recibían y una me aseguraba que vivían allí todo el día...(Era una señora que decía mentiras a los turistas).Un señor nos dio una explicación de cómo estaban hechas y nos dijo que comiéramos un junco...¿?.Pensé que podía estar de coña, pero empezó a pelarlo y el tío comía la rama esa…Bueno pues vamos a probarlo entonces.




Más tarde llegamos a Amantaní. El capitán del barco nos designó como anfitriona lugareña para pasar la noche a su cuñada: la señora Clara, que al final resultaría ser el demonio…
Era nada simpática y muy bajita. Esa noche la pasaríamos en una habitación sin luz y sin agua…Eso sí, teníamos una vela de cera…que no se diga.




La señora Clara también nos tendría que dar de comer esa noche y el desayuno del día siguiente. Muy a desgana lo hizo. La noche que cenamos en la que era su cocinita fue un tanto extraño. Cris y yo sentados en la mesa y luego ella y su familia sentados medio en el suelo apartados; nosotros con un mini platito de comida y ellos jalándose una vaca y media con unas cuencas enormes…No cundió demasiado lo que le pagamos a esa señora.

En la isla fuimos a lo alto a ver las ruinas de la Pachamama (la madre tierra) y disfrutamos un montón de la tranquilidad y las vistas del Titicaca. A la vuelta se nos hizo de noche, no había luz en la isla pero si muchas sombras que susurraban…



Al día siguiente bronca con la señora Clara. Habíamos acordado un precio con el cuñado capitán del barco y ella quería más…Al final el tema se resolvió a nuestro favor y la señora se fue muy mosqueada hablando en quechua. Al rato me tiraba encima el dinero que nos tenía que devolver y le decía a Cris toda enfadada que no quería hablar con él. Luego partimos hacia la isla de Taquile y allí estuvimos un par de horas. Nos gustó más que la isla donde pasamos la noche, tenía más vidilla. Allí los hombres solteros y casados se distinguen por los colores de su gorrito.




El viaje en barco de vuelta a Puno se hizo eterno…Yo hecha un asco toda mareada mascando hoja de coca (pura necesidad)…Cris la mascaba por puro vicio que le estaba cogiendo…Todo el barco, hasta algunos niños, parecíamos vaquitas.

Cuando llegamos a Puno como colofón final, nos comimos unas truchas del Titicaca. Hicimos noche allí ya que perdimos el último bus hacia Copacabana.
Al día siguiente salimos a las ocho de la mañana. Poco más de tres horas de bus para llegar a la frontera con Bolivia. Parada para cambiar los soles a bolivianos, sellar la salida de Perú y luego sellar la entrada en Bolivia…En este último control policial nos recibía una gran foto con un Evo “del pueblo” muy sonriente.




Pasamos dos días de relax en el pequeño pueblo de Copacabana. Entre los turistas que allí nos encontrábamos, algunos con caras familiares ya que uno coincide con gente a lo largo del viaje, llenábamos un poco mas las calles llenas de artesanía y puestos de maní del pueblo. Pasamos de ir a ver las islas bolivianas del lago y creo que hicimos bien ya que nos hubiese cogido una buena tormenta.




El martes a las ocho de la mañana nos subimos a un bus destino La Paz…Y que destino!!!! Hace un par de días que estamos aquí y nos encanta…Estamos como reyes en casa de Jaqueline, una persona de esas que te encuentras de vez en cuando, que “practica” algo llamado altruismo.

Un abrazo muy fuerte desde Bolivia y hasta la próxima historia.

Glo.

jueves, 20 de noviembre de 2008

CUZCO - MACHUPICCHU




Tras una semana en Cuzco, hemos vivido todo tipo de situaciones, unas mejores otras peores, pero en general ha sido una semana increíble.
Llegamos el jueves 12 de noviembre a Cuzco, alrededor de las 2 de la tarde, tras 15 horas de autobús, en el que apenas pudimos dormir, entre las curvas, los desfiladeros y las cumbias a todo trapo… por el camino probamos el mate de coca y el choclo con queso de cabra..
Nada más llegar a la Terminal de autobuses, encontramos a unos vascos con los que compartimos taxi hasta un hostal que nos habían ofrecido y tenía buena pinta, además de barato… por el camino nos contaban que habían estado en Puerto Maldonado, en plena jungla peruana.. y nos dieron alguna pista de cómo llegar al machupicchu sin tener que coger el “gringo-tren”.
Llegamos al hostal y nos fuimos a dormir, despertamos al día siguiente.
Estábamos en una ciudad distinta a las anteriores.. en las que se respiraba caos por todas partes, Cuzco es una ciudad turística, de apenas 300.000 habitantes, todo el mundo vende algo, aunque suele ser gente educada que cuando les respondes que no te interesa no insiste.. el ambiente es increíble, y los habitantes gente agradable, cuando se ve a lo lejos, es tan solo una mancha granate, ya que prácticamente todas las casas de la ciudad tienen el mismo aspecto..
Al día siguiente nos pusimos en contacto con Wildman, con quien habíamos contactado a través de la página Couchsurfin ( página donde se intercambia alojamiento de forma gratuita, totalmente altruista ) y nos fuimos hacia su casa que quedaba a un paso del mercado para instalarnos allí los días que estuviésemos en Cuzco.
La casa de Wildman estaba llena de gente de otras partes del mundo, que por diversos motivos se encontraban en el Perú viajando (una pareja de argentinas, un chileno, otros dos argentinos…).
Después de un par de días disfrutando de esta ciudad, decidimos visitar el Machupicchu, haciendo la ruta alternativa de bus y combis hasta la hidroeléctrica y de allí andar los 11 kms., hasta Aguas Calientes (que es el pueblo-dormitorio para ir al M.P).

Por el camino conocimos a Gonzalo e Irene, una pareja de madrileños que estaban haciendo un viaje de 3 meses y ya habían recorrido Colombia y gran parte de Perú. Con ellos compartiríamos el viaje a Aguas Calientes , Machupicchu y toda la odisea que supondría la vuelta a Cuzco. Fueron nuestros primeros colegas de viaje y no vamos a rajar de ellos porque sabemos que leerán el blog… J, en serio, se portaron fenomenal, fueron 3 días estupendos en los que nos pasaron un montón de cosas.
Llegamos a Aguas Calientes agotados, buscamos un hostal bueno, bonito, barato.. Y lo encontramos. Fuimos a comer y nos pasamos la tarde los 4 en la plaza en medio de buenas conversaciones, sol y mosquitos cabrones que nos dejaron las piernas como la cordillera de los Andes… Al día siguiente comenzamos el ascenso al Machupicchu, 1 hora subiendo escaleras, llegamos agotados, pero un buen desayuno hizo que cogiéramos las fuerzas suficientes para subir al Wayna picchu, las vistas increíbles, un buen día, una buena compañía hicieron que disfrutáramos un montón del día, al bajar conocimos a Gemma y Antón una pareja que venía de Galicia, que coincidencia !!

Bajamos a las 5 y nos fuimos a cenar a un buen sitio, además por 7 soles, después de que el camarero llamara al dueño a casa para saber si nos lo podía dejar en ese precio, así que milanesa de pollo, y jugos de papaya..
Luego una cervecita en la terracita del hostal con partida de cartas incluida.. nos dieron una paliza.. y nos fuimos a dormir.
El día siguiente empezó tempranito, nos esperaba un largo viaje, caminamos hasta la hidroeléctrica en tiempo record, habíamos entrenado los 2 días anteriores, de ahí en taxi hasta Sta María, y luego en combi hasta Cuzco, a mitad de camino, tuvimos que bajarnos y cruzar a pie un derrumbamiento de en mitad de la carretera, enorme montaña de piedras y barro que invadía totalmente la calzada, había miedo, de mas despredimientos, no paraba de llover, caían cascotes a nuestro paso, y encima en el otro lado no teníamos en que ir hasta Cuzco.. fueron los 50 metros mas largos que hicimos nunca, pero los cruzamos con nuestras mochilitas al hombro.. y conseguimos que un autobús nos llevara hasta Cuzco, aunque tuvimos que ir 4 horas de pie…

Al llegar nos fuimos a cenar y luego a dormir, no era tarde, pero nos hacía falta, llevábamos 3 días casi con la misma ropa, y muchos km en los pies.. pero mereció la pena..
Ayer fue un día tranquilo, estuvimos toda la mañana en la casa de Wildman donde conocimos a un alemán de 27 años que venía de Venezuela, Colombia y Ecuador.. con su novia, llevaba 6 meses de viaje, nos contaba mientras se nos quedaba cara de bobos, como había recorrido media Europa y asia, hasta la India haciendo autostop, entre otros muchos viajes, nosotros unos polluelos de la mochila, escuchamos durante mas de 3 horas sus historias hasta que el hambre hizo que nos despidiéramos de el hasta después, quedamos con Gonzalo e Irene para despedirnos, le dieron una pulsera a Glo, y quedamos para encontrarnos en alguna parte de Bolivia.. fueron 3 días estupendos..

Después nos dimos una cena romántica de homenaje, nos la merecíamos, en una pizzería, yo salí agarrándome la barriga y Glo hablándome de la pizza familiar que nos acabábamos de zampar, casi lo echo todo fuera..
Por cierto, al llegar a casa nos encontramos al chico alemán dejando alucinados a los argentinos repitiéndole algunas de las historias que nos había contado por la mañana .. jajaja..
Hoy nos vamos a Puno, a 7 horas de autobús de aquí.
Cuzco fue lo mejor que pisamos hasta ahora, por la ciudad, por el ambiente, por la gente que conocimos y por las experiencias que vivimos aquí durante estos 7 días..

Hasta la próxima

viernes, 14 de noviembre de 2008

Ica - Huacachina

Advertimos que la siguiente imagen puede herir la sensibilidad de nuestro lector ...



Proseguimos donde lo dejamos, el martes 11 salimos del apartamento rumbo a Ica, tan sólo sabíamos del nombre de la compañía de autobuses, Soyuz, y que tenía salidas para Ica cada 10 min las 24 horas, que tíos !! bueno y la dirección, avda. méxico 333, el problema es que estaba situada en el barrio mas carroñero y chungo de Lima. Cogimos un bus (1 sol = 0,25 €) en 20 minutos de trayecto entraron: 6 vendedores de helados, 3 de collares, 1 de ayuda humanitaria, y hasta un vendedor de enciclopedias (trajeado por supuesto), increible..

Llegamos a la terminal para coger el bus que salía en 10 min(era verdad !! cada 10min las 24 horas). Al rato sacamos una chuleta que teníamos de hostales y el conductor tomándonos por, que se yo, japoneses?? le dice en voz alta al copiloto:
"fíjate estos, tienen todo apuntadito, estos de ahí"

Le dijimos:
"apuntamos porque si no se nos olvida"

Creo que no sabía donde meterse, pero a partir de ahí de cháchara todo el camino, un poco fantasma por cierto, de esta gente que te cuenta su vida y al final no te dan las cuentas, sumas 157 años, pues este igual.


Después de 5 horas de viaje, através de la Panamericana sur, descubriendo los paisajes que ofrece el norte del desierto de Atacama, pasando por pueblos bastante dañados por el terremoto de Agosto del año pasado, como Pisco o Paracas, llegamos a la estresante Ica...


Mas pitidos, mas taxis, mototaxis, gente, barullo...Nos tomamos una refrescante jarrita de cervecita en lo que acabaría por ser nuestra taberna en Ica, fuera pachangueo, arriba Queen, U2, loquillo, hombres G...etc. Fueron unas agradables mini-vacaciones para nuestro oídos...

Buscamos ese mismo día un bus para Cuzco y nos fuimos en taxi a Huacachina, pueblo motivo de nuestro viaje a Ica...Un Oasis en medio del desierto...




Buscamos un hostal baratito y tuvimos la suerte de que teníamos piscina, agua fría en la habitación, una comuna de termitas juguetonas y un mosquito que acabó por acribillarme (a Cris, como es medio de la casa, le perdonaron la noche)...



Por la mañana nos fuimos a achicharrar a las dunas. La arena quemaba, pero teníamos que subirnos a aquellas montañas de arena para sacarnos las fotos de rigor. Valió la pena.

Al bajar, charla con el lugareño que nos dió alguna información del Perú, del oasis de Huacachina y también de fauna marina...Por que no?!...

Luego, después de la cervecita y de llenar el estómago, cogimos la mochila y abandonamos a patas Huacachina para dirigirnos a Ica a coger el bus a Cuzco...Otra jarrita de cerveza en "nuestra taberna", con timba de cartas incluída (paliza de Cris)...Caty, pónmela otra vez: "...pobre jugador...".




Luego 15 interminables horas en bus. Salimos a las 21.00 y llegamos MUERTOS a Cuzco a las 12 del mediodía. Demasiadas curvas, conductor muy osado...Pasando por donde se encuentran las líneas de Nazca, desierto, Andes y luego paisajes mas familiares: paisajes de montañas, rios, verde, mucho verde....
Proseguimos nuestro viaje...
Hasta la próxima !!