DE BARILOCHE A BUENOS AIRES

paseo de Mar del Plata

Tras la repentina decisión de cruzar la frontera y perdernos el viaje por el sur de Chile y Argentina, nos pusimos manos a la obra, más que nada con el tema de que Caty debería cruzar dos pasos fronterizos sin su pasaporte. Una vez arreglado esto, nos pusimos en camino…
Llegamos a San Carlos de Bariloche el lunes 19 de enero por la tarde, después de una entrada en Argentina espectacular pasando por Villa Angostura y quedando boquiabiertos por los paisajes que este nuevo país nos ofrecía…Argentina, allá vamos!!!
Pasamos la tarde por el pueblo de Bariloche y cuando anocheció fuimos buscando terreno para acampar junto al lago. Allí pasamos la noche, en un colchón de piedras …Cuando amanecimos al día siguiente pudimos comprobar que habíamos esquivado con gran habilidad las cacas de perro que nos rodeaban.

iglesia de San Carlos de Bariloche

Amaneciendo a orillas del lago - Bariloche

Fue toda una experiencia lo de la acampada libre (nos estrenábamos en esta práctica): despertarse (un poco jodidos de dormir sobre piedras), abrir la cremallera de la tienda de campaña y descubrir un día soleado, un lago enfrente, aire fresco…Las montañas nevadas al fondo del cuadro…Una experiencia!!!
Nos hicimos nuestro desayuno: café soluble en agua fría, con un par de galletas integrales y una pieza de fruta…Andando!!! Otro día más por delante…Desarmar la tienda y ponerse en camino hacia la rotonda donde haríamos autostop dirección Neuquén…
Allí estuvimos cerca de tres horas, bajo el sol, viendo pasar coches y más coches llenos de equipaje y niños…”Mal sitio este”, pensamos…Temporada alta y coches llenos de familias en vacaciones…”No salimos de aquí hoy”…Pero, ya a punto de desistir nos para un coche…Era nuestro salvador: Eduardo!!! Justo iba hasta Neuquén. Casi 400 kms., los que hicimos en su coche y con su compañía, mientras nos contaba un montón de cosas de Buenos Aires, de Argentina…Sonaban tangos melancólicos que él nos explicaba para que entendiésemos la temática…
Gracias Eduardo por el viaje!!!
Llegamos a Neuquén, a 40 grados intentamos disfrutar de nuestra primera Quilmes mientras buscábamos a alguien en Couchsurfing que nos pudiese alojar esa noche…Y apareció!!! Como un milagro un chico llamado Alonso nos contestó a nuestro correo a los 15 minutos. Asi que nos fuimos hacia su casa y luego de instalarnos, darnos una más que necesaria ducha y charlar un rato, nos llevó al cumpleaños de una amiga…
Pero que más se puede pedir!!! Que día!!! Amanecer a orillas de un lago, alguien que te para el coche y te lleva a donde tú necesitas…De repente!!!, aparece alguien dispuesto a acogerte en su casa y luego te invita a una fiesta….Así es nuestro viaje.
Al día siguiente fuimos al pueblo vecino de Cipolletti. Allí decidimos separarnos: Caty se iría esa noche directa a Buenos Aires ya que el viernes debería coger un avión para volver a casa y nosotros nos iríamos hacia Bahía Blanca, para luego llegar a Monte Hermoso.
Nos dimos un homenaje de despedida en una pizzería y luego nos pasamos la tarde en un bar con aire acondicionado (estar en la calle era como estar en el infierno).
Por la noche, la despedida, cada uno hacia su próximo destino.
Llegamos a Monte Hermoso y fuimos dirección hacia la playa. Hacía muchísimo viento pero allí acampamos (entre unos árboles) y pasamos el día playero. Cada 20 minutos metidos en el agua ya que estaba buenísima. En mi último baño, un encuentro con una medusa hizo que saliese pitando, bajando a todos los santos de las medusas y a la madre que las parió también. (*”-´#¡!:`)

atardecer en la playa de Monte Hermoso

Al día siguiente amanecimos en la playita…Otro café soluble en agua fría con azúcar que siempre robamos en los bares. Sentados en la arena, viendo a los sabios madrugadores que aprovechan ese momento para pasear tranquilos por la playa…Cuando todavía no hay gente y no aprieta el calor.
Luego fuimos a parar a Necochea, pueblo turístico de la costa. Allí nos recibiría Julia. La primera noche ya nos llevó a cenar a la playa con su gente. Lo pasamos genial, conversando, escuchandola cantar y tocar la guitarra (es toda una artista!!!).

Con Julia y su familia cantado en la playa

En la playa de Quequén

Despidiéndonos de Julia

Al día siguiente fuimos a pasear a la playa de Quequén, comer al parque y luego a pasar la tarde en la playa de Necochea con su familia. Esa noche, la última con ellos, nos hicieron un asado…Creo que no había comido tanta carne en mi vida!! Fue un gran paso hacia atrás en lo de hacerme vegetariana…Las vacas desde entonces, me miran con cara de reproche.

Asado argentino

Nos fuimos dirección Mar de Plata, la ciudad vacacional de los porteños. La terminal de buses estaba a reventar, gente por todos lados…Pasamos el día paseando por la ciudad, callejeando lo máximo posible y luego por la noche nos subimos a un bus dirección La Plata, ciudad vecina de Buenos Aires.
Esta ciudad, de poco más de cien años, es totalmente cuadrada y con calles, avenidas diagonales y plazas hechas de forma simétrica. La planificaron totalmente antes de levantarla.
Allí pasaríamos dos días con el alegre de Cappe (como dirían aquí: super buena onda!!)…Nos abrió las puertas de su casa, nos sacó de paseo por la ciudad, nos invitó a comer una de las mejores pizzas que probamos jamás y nos llevó, creo, que a la mejor heladería de toda la Argentina (ese helado era cosa divina)…Nos mimó como si fuese nuestro abuelo y nos trató como un auténtico amigo... Es una de las personas más generosas que he conocido.

Cris y Cappe en La Plata

La Plata...Ángeles y demonios

Después de nuestra parada aquí nos fuimos en tren (bastante cutre) a Buenos Aires. Varios días moviditos, de aquí para allá en poco tiempo, llegamos ilusionados a la capital para pasar una semanita…
Ahora, sabemos de lo que habla Sabina en sus canciones…

Glo.